| 
                   Foto  Youtube 
                    
                  PRIMO  CASTRILLO 
                  ( Bolívia – La Paz ) 
                    
                  ( La  Paz 1806 – 1985 Nova Iorque ) 
                  Arquiteto.  Viveu permanentemente em Nova Iorque (USA). Lá publicou prolificamente seus  livros de versos, com temas patrióticos. O folclore e uma constante ânsia de  mar dão colorido às suas imagens. Sua linguagem é espontânea sem muita  preocupação estética. Expressa ideias e sentimentos. 
                    Em sua visita à Bolívia em 1969, os intelectuais do grupo "Prisma" de La Paz o  brindaram grande homenagem. 
                    Obras: "Valle y Mundo", 1947; "Hombre y Tierra"; "Raíz y  Tiempo ", 1960; "Ciudad y Selva"; "Kantutas", 1963; El Mar canta mi sueño",  1968. 
                      Todas publicadas no Estados Unidos.   
                    
                  TEXTO EN ESPAÑOL — TEXTO  EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  BEDREGAL,  Yolanda.  Antología de la poesía boliviana. La Paz: Editorial Los Amigos del Libro, 1977.  627 p.   13,5x19 cm                                  Ex. bibl. Antonio Miranda 
                   
                   
                  MI PUERTO 
                     
                    Antofagasta es mi puerto y mi amor. 
                      Allí anclaré mi barco 
                      para tomar provisiones 
                      antes de zarpar 
                      hacia tierras lejanas 
                      en busca de mis viejas amistades. 
   
                      Mi barco no estará construido 
                      en papel de plata 
                      ni el viento coagulado 
                      armado con resina de bosque tropical. 
                      Mi barco será una fuerte estructura 
                      del acero más duro 
                      de mis altos hornos 
                      y de la madera más noble y profunda 
                      cortada en las selvas de mi heredad. 
   
                      En Antofagasta 
                      donde tengo plantado mi hogar 
                      dejaré a mi dulce esposa 
                      gozando de la inmensa soledad del mar. 
                      En el balcón voladizo 
                      que no se cansa de mirarse en las olas 
                      dejaré un farol encendido 
                      un tiesto de geranios 
                      una talla de nuestro Redentor 
                      con los ojos llenos de amargura 
                      y la diestra perforada 
                      sangrándole sobre la llaga del corazón. 
   
                      Desecho el pelo, libre y cantando 
                      volveré a mi querencia de Cobija 
                      o tal vez a Tocopilla y Mejillones 
                      para cargar las bodegas de mi barco 
                      con millones de lingotes de cobre 
                      … dote, pan, leche vital… 
                      de este fabuloso y llorado Litoral. 
   
                      Libre me sentaré en la orilla del mar 
                      y libre lanzaré 
                      el anzuelo de mis ensueños 
                      en las aguas salobres de mi realidad 
                      y tal vez mientras pique la corbina 
                      en el mar picado de ansiedad 
                      afine la guitarra 
                      y cante desde la raíz de mis huesos 
                      una canción de amor y plenitud 
                      como en aquellos días de mi infancia 
                      en que el mar no estaba lejos de mí. 
   
                      Honda la emoción 
                      que me otorga el mar 
                      cuando la luna remonta la cordillera 
                      y desparrama estaño cernido 
                      sobre la cubierta de los barcos 
                      y acuesta arcángeles desnudos 
                      sobre mis párpados cargados de sueño. 
   
                      Mi barco… el del acero fuerte 
                      el de la espira volante 
                      de mis fábricas de siderurgía 
                      y el de la madera jaspeada y olorosa 
                      de mis bosques vírgenes 
                      el que en sus fibras se estremece 
                      al roce sensual de las olas 
                      tal vez… mientras duerma 
                      se cubra el casco de bocas y ojos 
                      y penetre en la profunda oscuridad 
                      como un relámpago verde 
                      hasta la recóndita realidad del mar.  
                    
                  OLVIDAR 
                     
                    El cielo canta… 
                      sobre el oro de la  mañana 
                        el cielo no lleva 
                        ni una sola gota de nube 
                        en su canto, 
                        ni una pena, 
                        ni una lágrima. 
                        El cielo es un mar inmenso 
                        con una voz 
                        de ángel dormido en su seno 
                        y ávido busca tus ojos 
                        para purificarse y vivir. 
                        El cielo canta… 
                        canta lo que tú no quieres oír. 
                        El cielo es un olvido 
                        grana, azul y verde. 
                        El blancor de espectro 
                        en la neblina de la alborada. 
                        El cielo a veces no me dice nada 
                        y sin decirte nada, callado… 
                        te penetra por las venas, 
                        te calla como la lluvia 
                        hasta los huesos, 
                        te conmueve hasta lo infinito 
                        como un beso profundo de amor. 
   
                        El cielo es una inmensa campana 
                        con una voz 
                        de ángel dormido en su seno. 
                        Ni elegías ni recuerdos, 
                        ni voces ni llantos, 
                        ni gritos ni alaridos. 
                        El cielo es la voz omnipotente 
                        sin boca ni oído 
                        que nos dice al través 
                        del inmenso hueco de su mano: 
                        — Pobrecillo…  canta… olvida… 
                        olvida siempre… 
                        La vida es un molino de viento, 
                        moliendo siglo tras siglo 
                        trigos de pequeños olvidos. 
                      ¡Vamos, canta y  olvida, olvida!...  
                       
                    
                  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    Tradução: Antonio Miranda  
                    
                  MEU PORTO 
                     
                    Antofagasta  é meu porto e meu amor. 
                      Ali vou ancorar meu barco 
                      para tomar provisões 
                      antes de zarpar 
                      para terras distantes 
                      em busca de minhas antigas amizades. 
   
                      Meu barco não estará construído 
                      em papel de prata 
                      nem o vento coagulado 
                      armado com resina de bosque tropical. 
                      Meu barco será uma forte estrutura 
                      do aço mais duro 
                      de meus altos fornos 
                      e da madeira mais nobre e profunda 
                      cortada nas selvas de minha herdade. 
   
                      Em Antofagasta 
                      onde tenho plantado meu lar 
                      deixarei a minha doce esposa 
                      gozando da imensa soledade do mar. 
                      No balcão voadiço 
                      que não se cansa de mirar-se nas ondas 
                      deixarei um farol aceso 
                      um vaso de gerânios 
                      uma talha de nosso Redentor 
                      com os olhos plenos de amargura 
                      e a destra perfurada 
                      sangrando sobre a chaga do coração. 
   
                      Descarto o pelo, livre e cantando 
                      voltarei à minha querência de Cobija 
                      ou talvez a Tocopilla e Mejillones 
                      para carregar as bodegas de meu barco 
                      com milhões de lingotes de cobre 
                      … dote, pão, leite vital… 
                      deste fabuloso e chorado Litoral. 
   
                      Livre me sentarei na margem do mar 
                      e livre lançarei 
                      o  anzol de meus devaneios 
                      nas águas salobras de minha realidade 
                      e talvez enquanto pique a corvina 
                      no mar picado de ansiedade 
                      afine a guitarra 
                      e cante desde a raiz de meus ossos 
                      uma canção de amor e plenitude 
                      como naqueles dias de minha infância 
                      em que o mar não estava longe de mim. 
   
                      Profunda a emoção 
                      que me outorga o mar 
                      quando a lua remonta a cordilheira 
                      e espalha estanho peneirado 
                      sobre a coberta dos barcos 
                      e deita arcanjos desnudos 
                      sobre minhas pálpebras carregadas de sono. 
   
                      Meu barco… o de aço forte 
                      o da espira volante 
                      de minhas fábricas de siderurgia 
                      e o de madeira marmoreada e cheirosa 
                      de meus bosques virgens 
                      que em suas fibras estremece 
                      no roce sensual das ondas 
                      talvez… enquanto durma 
                      se cubra o casco de bocas e olhos 
                      e penetre na profunda escuridão 
                      como um relâmpago verde 
                      até a recôndita realidade do mar.  
                    
                  OLVIDAR 
                     
                    O céu canta… 
                      sobre o ouro da manhã 
                        o céu não leva 
                        nem uma única gota de nuvem 
                        em seu canto, 
                        nenhuma pena, 
                        nenhuma lágrima. 
                        O céu é um mar imenso 
                        com uma voz 
                        de anjo dormido em seu seio 
                        e ávido busca teus olhos 
                        para purificar-se e viver. 
                        O céu canta… 
                        canta o que tu não queres ouvir.  
                   
                    O céu é um  olvido 
                    massa, azul e verde. 
                    A brancura de espectro 
                    na neblina da alvorada. 
                    O céu às vezes não me diz nada 
                    e sem dizer-te nada, calado… 
                    entra pelas veias, 
                    te cala como a chuva 
                    até os ossos, 
                    te comove até o infinito 
                    como um beijo profundo de amor. 
   
                    O céu é um imenso sino 
                    com uma voz 
                    de anjo dormido em seu seio. 
                    Ne elegias nem recordações, 
                    nem vozes nem prantos, 
                    nem gritos nem alaridos. 
                    O céu é a voz onipotente 
                    sem boca nem ouvido 
                    que nos diz através 
                    do imenso oco de sua mão: 
                    — Pobrezinho…  canta… esqueça… 
                    esqueça sempre… 
                    A vida é um moinho de vento, 
                    moendo século após século 
                    trigos de pequenos esquecimentos. 
                    Vamos, canta e esqueça, esqueça!...  
                    
                    
                  * 
                     
                  VEJA  e LEIA outros poetas da BOLÍVIA em nosso Portal:  
                     
                   http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/bolivia/bolivia.html  
                     
                  Página publicada em  setembro de 2022  
                
  |